martes, 30 de octubre de 2012

2.3.5.2 INTENSIDAD LUMÍNICA



Sin lugar a dudas, la opción más económica es el empleo de la luz natural, disminuyendo su irradiancia (20-50%) mediante el agregado de mallas de sombreado («saram»). No obstante, en aquellas latitudes donde el  nivel medio de luz natural es bajo y los días son cortos durante una parte considerable del año, la luz artificial puede ser aplicada como complemento de la luz natural. Las lámparas tubulares fluorescentes del tipo «luz  día» son empleadas en horticultura para prolongar el fotoperíodo.




Asimismo, las lámparas tubulares de sodio alta presión presentan  una distribución espectral de la energía adecuada para estimular fotosíntesis y se emplean para tal fin en una amplia variedad de cultivos.   La  luz suministrada a los cultivos debe ser evaluada en cuanto a la calidad, intensidad y período de suministro. La respuesta morfogé-nica de un explante puede variar según si se le proporciona luz o no. Para estimular la formación de callo, es común que se prefiera la oscuridad. El suministro de luz favorece la diferenciación de órganos.

BIBLIOGRAFIA 
  • http://www.argenbio.org/adc/uploads/Libro_INTA_II/Parte_I.pdf

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