La aclimatación
es una etapa fundamental en un sistema de micropropagación porque dependen de
ella la eficiencia del proceso y la calidad final de las plantas producidas in
vitro (Agramonte Peñalver, Jiménez Terry, Dita Rodríguez. 1998). Estas plantas
en comparación con las cultivadas tradicionalmente presentan un comportamiento
diferente en condiciones de invernáculo o de campo. Es decir, sufren cambios morfológicos
y fisiológicos que ocasionan una pérdida
importante de plantas en el momento de transplante. Por esta razón, es necesaria
la aplicación de técnicas de adaptación al pasar de las condiciones in
vitro a ex vitro.
La aclimatación permitirá que la planta alcance
un crecimiento autotrófico en ambientes de menor humedad relativa, con más luz
y sustratos sépticos (Preece y Sutter.1991). Estas son las condiciones
reinantes en invernadero y campo donde crecerán las plantas provenientes de
cultivo in vitro.
La eficiencia
del proceso de adaptación depende, entre otros factores, de la elección del
sustrato y de la obtención de una relación adecuada entre los
componentes de la mezcla, que asegure una buena supervivencia en el
transplante. Dicho sustrato deberá permitir la formación de un pan de tierra
con una buena estructura. Se trata de materiales sólidos y porosos, de origen natural o sintético, que
solos o en mezclas, permiten un crecimiento adecuado de las plantas en
condiciones controladas (Abad,1989).
No hay comentarios:
Publicar un comentario